Córdoba Cronicas Viajeras

Córdoba, Argentina: Un destino que cautiva a todo aquel que lo visita

Calamuchita

Mi viaje a la provincia de Córdoba me dejó maravillado con sus paisajes espectaculares, su rica historia y la calidez de su gente. Desde la emblemática ciudad capital hasta rincones naturales de ensueño, cada día de mi aventura fue un deleite para mis sentidos.

Día 1: Un recorrido histórico por el centro de Córdoba capital

Mi primera parada fue en la ciudad de Córdoba, donde la historia se mezcla con la modernidad. La Plaza San Martín, con su imponente Catedral y el Cabildo, me transportó a épocas coloniales. Paseé por las angostas calles empedradas del casco histórico, donde edificios centenarios y coloridos murales de artistas locales dan vida a la ciudad. Una visita obligada fue la Manzana Jesuítica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde el pasado universitario de Córdoba cobró vida.

Día 2: Capilla del Monte y los misterios de los cerros

Mi espíritu aventurero me llevó hasta Capilla del Monte, un rincón místico a los pies de los cerros Uritorco y Las Gemelas. La energía especial de esta zona es contagiosa. Realicé una caminata hasta la cima del cerro Uritorco al amanecer, donde contemplé un panorama inigualable mientras el sol se elevaba sobre el horizonte. ¡Una experiencia espiritual que jamás olvidaré!

Día 3: Alta Gracia y su encanto religioso

El tercer día lo dediqué a conocer Alta Gracia, una ciudad con un encanto singular. El Che Guevara dejó su huella en la ciudad, y visité la Casa Museo donde vivió durante su adolescencia. Recorrí el Museo Manuel de Falla, que rinde homenaje al célebre compositor, y me dejé maravillar por los paisajes del Tajamar, un embalse que invita a la tranquilidad y el descanso.

Día 4: Valle de Calamuchita, un remanso de paz

El cuarto día fue para relajarme en el Valle de Calamuchita. Villa General Belgrano, con su arquitectura alpina, me transportó a Europa, y no podía perderme la Fiesta Nacional de la Cerveza, donde probé exquisitas cervezas artesanales. El Lago Los Molinos y sus aguas cristalinas me ofrecieron el lugar ideal para disfrutar del sol y practicar deportes acuáticos.

Día 5: Mina Clavero, naturaleza en estado puro

En mi último día, visité Mina Clavero, un rincón serrano con playas de arena dorada bordeadas por las sierras. Recorrí el circuito de las Altas Cumbres y desde el mirador me asombré con la majestuosidad del paisaje serrano.

Regresé a mi punto de partida con el corazón lleno de gratos recuerdos y la certeza de que Córdoba es una joya que vale la pena descubrir. Su historia, sus paisajes y la calidez de su gente crearon una experiencia única que siempre llevaré conmigo. ¡No hay duda de que volveré a este destino mágico en el corazón de Argentina!

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